Balcón de los forasteros






Este lugar es un mirador que está dentro del casco urbano de Villarluengo, se puede admirar el cortado en el que termina el pueblo, asentado en una montaña rocosa. A la izquierda, abajo, está la unión de los ríos Cañada y Palomita, que más adelante, siguiendo el curso del río desemboca en el Guadalope. Se pueden ver los bancales con sus respectivas paredes, que, antiguamente eran huertas sembradas y cuidadas. También el camino que los habitantes hacían para ir a la otra parte de la montaña.

El Balcón de los Forasteros debe su nombre a que en su día en la plaza de la Murada era donde se hacían las vaquillas, y un forastero (persona que no era del pueblo) perseguido por una vaquilla salto y se agarro a las piedras, y la vaquilla persiguiéndolo se tiró por el balcón abajo. Esta es la leyenda que da el nombre, aunque muchas personas ajenas al pueblo piensen que por ahí tiramos a los forasteros.